Cuando vives fuera de tu país, tienes días en los que extrañas tu tierra más que nada. El deseo de estar y vivir lo conocido te atrapa y, estando a miles de kilómetros de distancia, lo único que calmaría esas ansias sería un banquete repleto de la comida que te encanta.
Desde que me mudé a Seúl no he hecho más que añorar esas delicias que comía diariamente en Bogotá: una buena arepita rellena de queso por la mañana acompañada de un chocolate caliente; una aguapanelita con limón para los días donde la gripa se arruma; y un arequipe Alpina acompañado de queso mozzarella. Así pues, cuando mis papás y abuelos anunciaron que vendrían de visita durante vacaciones de fin de año, no desaproveché la oportunidad y les encargué un numeroso mercado.
Aquel día que llegaron desempacaron y me entregaron las delicias que habían comprado. Yo, estaba saltando de la alegría; pero en cambio, al cabo de un rato, mi abuela quedó súbitamente perpleja: por traerme los pasabocas de mi pedido, más de una prenda se le había refundido y no había traido lo suficiente para esta época de frío:
“Ay juemáquina, ¡no encuentro mi pijama!“
De buenas estuvo porque, al menos, una sudadera tenía consigo.
En estos días de invierno en Corea, he estado disfrutando de esos manjares con todo el gusto. La distancia ha hecho que esos productos que encontraba en cada esquina y a diario en Bogotá, sean una reliquia por acá.
Chocolate
He probado cientos de chocolates en donde he vivido y viajado, pero en realidad no hay nada como el chocolate colombiano. Viene en pastillas y tiene la cantidad perfecta de dulce. Se combina con agua, con leche, o agua-leche. Puedes agregarle algo de canela a no ser que la pastilla ya traiga “los clavos y canela” incluidas. Para completar, le agregas pedazos de queso —doble crema o mozarella— y cuando te termines el chocolate el queso estará todo derretido y listo para deleitarte.
¿Qué mejor que un chocolate para recibir el sol temprano en la mañana?
Arepa
Arepa se come de desayuno, de almuerzo, de cena, de onces… ¡a toda hora! Está hecha de harina de maíz, es de forma redonda y semi-aplanada. Existen muchos tipos de arepas: arepa de maíz amarillo, de choclo, de huevo, paisa, santandereana…
La que más me gusta a mi es la de harina de maíz blanco rellena de queso gouda o mozarella. También me gusta rellenarla ya sea de carne, cerdo, pollo o champiñones y ponerle un buen guacamole por encima. Harina Pan —originalmente de Venezuela— es la marca más popular de harina de maíz precocida.
Chocoramo
Chocoramo —producido por la empresa Colombiana Ramo— era uno de mis pasabocas favoritos cuando estaba en la universidad. Es un ponqué (¡no cualquier ponqué!) recubierto de chocolate.
Lo compraba de los vendedores ambulantes a tan solo $600 pesos colombianos. Aquí en cambio, no tiene precio. Me encanta comerlo con tinto, con yogurt o simplemente calientico con el chocolate parcialmente derretido.
Arequipe
Si hay una mejor manera de “comer” leche es, indudablemente, en forma de arequipe. El arequipe es un dulce de leche que se elabora con leche, azúcar y esencia de vainilla. A mí me encanta comerlo acompañado con queso mozarella, ya sea frío o caliente; y seguirá siendo mi postre favorito.
También se puede comer con galleticas, en un waffle, con brevas, o tomando leche. ¿Cuál prefieren ustedes?
Aguapanela
Según las abuelas, la aguapanela es el mejor remedio para la gripa. Como su nombre lo indica, la aguapanela es una bebida en agua hecha con panela: jugo de caña de azúcar cocido a altas temperaturas y solidificado.
Se le puede agregar limón (recomendado para esos días de gripa) y, al igual que el chocolate, un buen pedazo de queso la acompaña.
Panelitas de Arequipe y Coco
Combinando dos de las maravillas colombianas: la panela y el arequipe, obtenemos como resultado ¡Copelia! Ésta es una panela combinada con coco fresco y rellena de arequipe; viene en un paquete individual (2 o 3 mordiscos no más) lo que la hace el tamaño perfecto para esos antojitos de dulce.
Achiras
Las achiras son el principal producto de la gastronomía opita —proveniente del departamento del Huila— y son famosas en todo el país. Su elaboración se hace a partir del almidón de achira, el cual se obtiene de la planta Canna indica; cuajada de queso, huevo, y mantequilla.
Es un excelente acompañante para la aguapanela, el arequipe o el chocolate. Eso sí, a este pasabocas es de temerle porque por su tamaño y su delicioso sabor puede resultar devorado en pocos minutos.
Existen muchas otras comidas y pasabocas colombianos que me encantaría poder comer regularmente estando aquí en Seúl, pero, por lo menos esos 7 ¡me mantendrán feliz en estos 12 meses que se avecinan!
¿Qué comida o pasabocas te harían feliz? ¡Házmelo saber en los comentarios!
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