Siendo una romanticona hasta decir no más, me embobo cada vez que voy a una boda. Ver los nervios del novio mientras espera en el altar, ver la alegría de la novia mientras camina cogida del brazo de su padre, escuchar los votos de amor, admirar la puesta de argollas y presenciar el primer beso como marido y mujer son momentos que le sacan una lágrima hasta al más frío.
Así pues, cada que vaya a un matrimonio les estaré relatando el suceso. Las diferencias culturales en la ceremonia y recepción de la unión de una pareja es lo que me encanta presenciar.
Hoy, el turno le tocó a una boda en Cancún, México. La pareja es Carioca, es decir oriunda de Río de Janeiro: Iáfa & Bruno. Iáfa fue la fastástica fotógrafa de mi matrimonio. Si quieren ver la fotos y leer los posts acerca de las tradiciones en los matrimonios colombianos, los invito a leer: horas previas, ceremonia y recepción.
Ceremonia
- Hora de la ceremonia: 6pm
- Ubicación: Beach Palace, Cancún, México
- Número de invitados: 45-50
La ceremonia fue en la playa y fue oficiada por la hermana de Iáfa (Ilana) y el mejor amigo de Bruno (Daniel). Daniel hablaba en portugués, e Ilana era la que traducía al inglés. Pero en semejante momento tan emocional para todos, especialmente para una hermana, ella no pudo contenerse y el nudo en la garganta le ganó. Así, seguimos la traducción escrita y echamos lágrima al lado de ella.
El novio llegó cogido del brazo de su madre.
Mientras esperábamos a la novia, la mamá y el papá de ambos novios formaron un círculo con una cinta azul (el color preferido de la novia) sobre la arena para simbolizar la nueva unión matrimonial que se formará. Allí, es donde los novios se pararían durante la ceremonia.
Después de unos 10 minutos de espera, la novia, acompañada de su padre, llegó con una gran sonrisa.
Se hicieron los votos de amor. La novia leyendo en papel…
Y el novio en el celular. ¡Aweeee!
Los padrinos se dieron una pasadita por el altar y llevaron agua y argollas.
¿Agua?
El agua fue traída desde Brasil y fue usada para bendecir las argollas. Wow, eso definitivamente es amor.
Para finalizar, los novios tomaron cerveza.
Wait, what? ¿Cerveza?
¡Ah! ¿No les había contado? la fecha del matrimonio fue el décimo aniversario del primer beso de esta linda pareja. Beso que se dio con cerveza incluida. Y… ¿qué mejor que recrear ese beso con cerveza en plena ceremonia?
¡Cheers to 10 years!
Recepción
Después de la ceremonia en la playa, nos fuimos a la recepción en la terraza del hotel. El atardecer estuvo espectacular… de esos que son entre azul, morado, naranja y amarillo. ¡Perfecto para la ocasión!
Alrededor de la terraza habían fotos de la linda pareja tanto en Brasil, como en otras partes del mundo. La foto que más me gustó fue esta en Oktoberfest,
pues además de que compartimos con ellos en ese viaje, las jarras de cerveza de la foto son las mismas que utilizaron en la ceremonia.
Hubo buffet, brindis y el primer baile como esposos.
Hubo partida de ponqué,
¿Si ven al chiquito tomando foto? Es el hermanito de Iáfa… y ya es ¡amante de la fotografía!
Hubo baile,
hubo lanzamiento de ramo de novia y demostraciones de amor fraternal.
A media noche, después de más y más baile, la fiesta se acabó. Así que todos terminaron en la piscina…
¡Menos yo! pues el agua y yo no es que seamos amigas. En vez de estar con el agua, me quedé degustando el “Bem Casado”.
Bem Casado (Bien Casado en español) es un postre compuesto de dos galletas untadas en el medio con dulce de leche. Es tradición brasilera dárselo a los invitados al acabarse la fiesta y representa la dulce vida que tendrá la nueva pareja.
Estaba delicioso… tanto, ¡que me llevé otro!
Y así… comiéndome el Bem Casado, le deseé a mis amigos cariocas, Iáfa & Bruno, una vida casada llena de alegría.
¡Prost!