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Conocí un Gringo

Había una vez…

Un Gringo llamado Brendon viviendo en Bogotá. Resultó allí como parte de su viaje alrededor del mundo que empezó en el 2008. Recorrió América Central y, después de pasar algún tiempo en Brasil y Venezuela, llegó a Bogotá en Agosto del 2009. Allá se encontró con un amigo con el que había estudiado español en Guatemala unos meses atrás. Brendon, había comenzado el viaje con otro amigo, pero por ciertas circunstancias, él había decidido volver a Estados Unidos e inscribirse en la Universidad nuevamente. Entonces ahora, David iba a ser su nueva compañía de viaje.

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Rentaron un apartamento en la Candelaria, barrio situado en el centro de la ciudad, pero frecuentaban “1/4 de Arte”, un bar que quedaba a 30 minutos en un área conocida como “Zona Rosa”. Como buenos clientes, conocían todo el personal que trabajaba ahí, incluyendo mi amiga Paula, quien trabajaba de jueves a sábado  como cajera. Ella me había insistido varias veces a ir a visitarla mientras laboraba, pero yo si acaso había ido una o máximo dos veces.

En esta historia hay dos piezas fundamentales: mi amiga Paula y Tom.

Un momento, ¿y quién es Tom?

¡Buena pregunta! Él es un Finlandés que también había estudiado español en Guatemala. Se mantenía en contacto con David, pero no con Brendon. Alto, churro… ¡pero muy loco!

Alrededor de la primera semana de octubre, Tom contactó a David. Tenía su pasaje listo para Colombia y, como un típico extranjero, quería divertirse. Así fue que al llegar, David y Brendon lo llevaron a 1/4 de Arte para comenzar la noche. Apenas entraron a dicho lugar, Tom proclamó “Yo conozco esa señorita trabajando en el bar”. ¿Queeeé? ¡¿Cómo?! Él había acabado de llegar a Bogotá.

Esto fue lo que pasó…

Paula fue con su familia de vacaciones a Las Vegas. En su viaje de regreso, volaron vía Orlando y Tom cogió el mismo avión. Durante todo el vuelo, intercambiaron miradas, pero no cruzaron ni una palabra.

Al entrar al bar, Tom fue a hablar con Paula y así fue que cuadraron encontrarse a tomar café el siguiente día. Después de ello, los tres extranjeros siguieron de fiesta en fiesta, llegando a casa a las 5 am. Esa madrugada ya era sábado, y todo lo que Brendon había planeado hacer era dormir, ver televisión, ordenar pizza y estar recostado todo el día, mientras el guayabo todavía invadía su cuerpo.

Desafortunadamente, o afortunadamente para esta historia, eso no sucedió. Tom llegó inesperadamente al apartamento de Brendon a las 11 am para hacerle saber que había sido invitado a una doble cita a ciegas. La primera reacción de Brendon fue un NO. Él ya tenía claro su planes.

Por el otro lado, Paula me llamó. Eran las 10 am, y bueno, yo todavía andaba en pijama. Me contó esta loca historia donde ella había conocido su príncipe azul en un avión, y por extrañas coincidencias, él había pasado por el bar donde ella trabajaba y habían cuadrado una cita para esa tarde. Estaba convencida que ese finlandés sería lo que había deseado por años. Pero, también me contó que no quería ir sola a dicha cita. Era entendible, porque quien sabe, ¡de pronto este extranjero la quería secuestrar y llevársela lejos! Por ello, Paula le dijo a Tom que llevara a Brendon, por lo que ahora, ella necesitaba una amiga que la acompañara.

“Pero, pero peeeeeero yo no hablo inglés… ¿Cómo se supone que yo los voy a entretener?” A lo que ella respondió ” Tom habla muy bien español, y su amigo también, no tan bien pero yo sé que no vas a necesitar hablar inglés”

“Mmm… no lo sé Paulis, la verdad no me siento cómoda en esa situación”

“¡¿POR QUÉ AHORA QUE TE NECESITO, NO ME APOYAS?!”

Ohhh, bueno, por alguna extraña razón decidí acompañarla. Me alisté y a las 3:30 pm llegué a su apartamento.

Por el lado de los hombres, Brendon decidió ir finalmente. No por Tom, sino porque el conocía a todas estas chicas y por respeto a ellas iba a asistir. Planeaba quedarse por un rato, pero si estaba aburrido, iba a proclamar que andaba enfermo.

First Date

Las dos llegamos al sitio donde ella y Tom habían acordado encontrarse, y después de haber esperado media hora, Paula estaba decepcionada. “Este Finlandés me va a dejar plantada” pensó. Sin embargo, decidimos esperar por otros 15 minutos.

Pasados los 15 minutos… ¡Voilá! Los extranjeros aparecieron finalmente.

Brendon estaba enguayabado y yo, ¡no tenía ni idea!

¿Y qué pasó con Paula y Tom?

Paulis & Tom

Bueno… ellos no resultaron gustándose. Él no se convirtió en su principe azul después de todo. En cambio yo, ¡encontré el mío!

¡Esta cadena de coincidencias terminó en algo increíble!

♥ Mira aquí la serie de nuestro matrimonio ♥

Imagen: Shereen

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